domingo, 8 de noviembre de 2015

APOSTOLADOS

HOSPEDERIA

Un legado que tenemos en nuestra espiritualidad es la hospitalidad y para ello lo realizamos a través de nuestras hospederías que buscan ser casas donde se disfrute la acogida, se sienta la oración, reflexión y paz. San Benito nos invita a recibir en el huésped al mismo Cristo. Por eso la hospitalidad benedictina es un don de un ser humano a otro.
Centro Guadalupe
Cuernavaca, Mor.
Hospedería "La Villa"
México, D.F.
PASTORAL INSERTA
Uno de los apostolados de la congregación es la inserción. En él las hermanas hemos optado por entregar nuestra vida al servicio de la verdad y la justicia, juntamente con nuestros hermanos y hermanas mas empobrecidos y empobrecidas (indígenas, mujeres, campesinos, migrantes etc..) en actitud de simplicidad sencillez, ternura y acogida a los preferidos de Jesús.
En la pastoral inserta las hermanas tenemos la gracia y oportunidad de vivir entre ellos, aprender de ellos, compartir su profunda fe y experiencia de Dios, su generosa entrega y solidaridad " ellos nos evangelizan"


      


La Congregación continúa dando respuesta a los gritos en diferentes lugares:


México
  • León Guanajuato
  • Puentecila Veracruz
Estados Unidos
  • Emporia Kansas
Guatemala

COLEGIOS GUADALUPANOS BENEDICTINOS
Josefina Ma. Valencia
Singuilucan, Hgo.
Colegio Josefina María Valencia
México, D.F.
Guadalupe Victoria
Villa Juárez, Pue
Instituto Fray Juan de Zumárraga 
México, D.F.
Rafael Guizar y Valencia
Altotonga, Ver.
Fray Pedro Degante
Salinas, San Luís Potosí
Colegio José Ma. Morelos y Pavón
Tezontepec Hdgo
Instituto Nursia
México, D.F.


Inserción
Comunidad San BenitoNayarit
Comunidad San BenitoEmporia, KS. USA
Comunidad LeónLeón, Gto.
Comunidad CobánCobán, Guatemala
Comunidad HuitzitzilingoHuitzitzilingo, Hidalgo
Comunidad PuentecillaPuentecilla, Veracruz
Comunidad NicaraguaManagua, Nicaragua

FORMACIÓN


Formación


La formación como iniciación e introducción progresiva en la Congregación se fundamenta en la fidelidad al Evangelio, en la Espiritualidad Guadalupana Benedictina, es integral, gradual, en apertura y respeto a otras Iglesias, inculturada e intercongregacional, que busca responder a la realidad histórica. Dicha formación se desarrolla en una relación de servicios comunitarios.
De acuerdo a su proceso participan en experiencias con el pueblo pobre que enriquece con su fe y su cultura la decisión en su opción.


ASPIRANTADO
Es el tiempo para que la joven viva una experiencia comunitaria, acompañada por una hermana que le ayudará a profundizar su vida cristiana, a su crecimiento de madurez humana-afectiva, y discierna sus inquietudes vocacionales.

POSTULANTADO
Es el tiempo para discernir la autenticidad de su llamado a la vida religiosa, para fortalecer las relaciones humanas y afectivas en la comunidad, conocer el Carisma, la Espiritualidad y apostolados de la Congregación e irse identificando gradualmente con este estilo de vida para que su opción sea libre y consciente.

NOVICIADO
En esta etapa la novicia clarifica su vocación, experimenta nuestro género de vida y penetra con la mente y el corazón nuestra espiritualidad, se le impulsa a una fuerte experiencia de Dios, conocimiento de la persona de Jesús y su misión para que libremente se comprometa en el proyecto del Reino.


JUNIORADO
Con la primera profesión se inicia el juniorado que culminará con la profesión perpetua, la Hna. Juniora se compromete a vivir los consejos evangélicos, vida comunitaria, Constituciones, consolida su formación religiosa como misionera Guadalupana benedictina, aprende a unir más prácticamente la acción con la contemplación, ama el Carisma, se identifica y vive la espiritualidad, bebe de esta fuente que la capacita para la misión por el Reino de Dios.


FORMACIÓN PERMANENTE
Como Guadalupanas-Benedictinas reconocemos la vida comunitaria como centro de formación permanente, escuela del servicio divino donde crecemos en la fe, en profunda experiencia de Dios y diálogo con las Hermanas. Se promueve una constante formación humana, espiritual, teológica y profesional.

jueves, 5 de noviembre de 2015

GALERIA


























HISTORIA

MISIONERAS GUADALUPANAS DE CRISTO REY ORDEN SAN BENITO.


Somos un Instituto de derecho Pontificio fundado por la madre Josefina Ma. Valencia el 22 de mayo de 1930. Esta fundación mexicana nace en un contexto de conflicto cristero, en una Iglesia perseguida con un pueblo desolado y martirial. En esta realidad nuestra fundadora responde al llamado de Dios a fundar una Congregación que tuviera como

fin principal, colaborar en la construcción del Reino por medio de una evangelización integral, preferencialmente a los más pobres. 







Nuestra espiritualidad Guadalupana-Benedicitna tiene como fundamento:

  • La búsqueda sincera de Dios
  • La celebración de la liturgia
  • Lectio Divina
  • La vida comunitaria
  • La escucha atenta a los signos de los tiempos.
  • Y como María de Guadalupe nuestra misión es:
OIR Y REMEDIAR:
  • Penas
  • Miserias
  • Lamentos
  • Dolores
MOSTRAR Y DAR:
  • Amor
  • Compasión
  • Auxilio
  • Defensa

MISIONERAS


  • Ser testigos del amor de Dios
  • Promover, cuidar y respetar la vida
  • Actuar con verdad y promover la justicia
  • Apoyar los esfuerzos de paz y solidaridad
  • Buscar la unidad en la diversidad

GUADALUPANAS
  • Ser mujeres de escucha y dialogo
  • Asumir y reconocer a Dios en las culturas
  • Ir al encuentro del pobre y excluido
  • Estar atentas a los signos de los tiempos


DE CRISTO REY
  • Tener como fin principal el cooperar en la construcción del Reino de Dios.


DE LA ORDEN DE SAN BENITO
  • Mantener en la escucha atenta a la Palabra
  • Buscar con sinceridad a Dios en Todo
  • Celebrar la fe y la vida en la liturgia
  • Ser signo comunitario y profético
  • Portadoras de la Paz
CARISMA CONGREGACIONAL:
"Cooperar en la construcción del Reino de Dios, en unión con los hombres y mujeres de nuestro tiempo a ejemplo de la Santísima Virgen de Guadalupe y según la espiritualidad de San Benito Abad"


IDENTIDAD
Tenemos como fuente de nuestro carisma el Evangelio, el Mensaje Guadalupano, la Regla de San Benito Abad, así como los gozos y esperanzas, tristezas y angustias de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufre. (Cfr. Const 6).